Hay días en que uno tendría que desempolvar esos libritos de superación personal que llegan a las manos por vías insospechadas. O habría que resucitar aquellas programaciones ruidosas, estilo Miguel Angel Cornejo (quienes transiten por mi edad entenderán a qué me refiero), para gritarse frente al espejo que uno tendrá un día excelente, como si el contenido de los días dependieran de planificar hasta las sonrisas.
Verdad de perogrullo, ciertamente, pero la vida es un popurrí de luces y sombras. Aunque al final del camino uno escoge el sendero en el que se invierte más tiempo, a veces las sombras nos alcanzan, confunden, atolondran y habitan. Para esos momentos, Joan Baez y su Where have all the flowers gone? tiene mucho más eficacia que cualquier manualito con instrucciones para ser feliz. La voz melódica y nostálgica de la Baez es un gran acompañamiento para el tobogán emocional. Tres minutos y cuarentaysiete segundos con mayor efecto que la biblioteca entera de Paulito Coehlo y demás pregoneros del bienestar de bolsillo.
Respírese profundamente al final.
Me la guardo. Un abrazo
Me parece que en verdad acompañarse de buena música en esos momentos es sumamente reconfortante, bueno a mi me resulta, Abrazos y días luminosos 🙂
Gracias por la voz y la imagen de mi AMADA.
¡Felicidades! te he nominado a un premio. Sigue el enlace. ¡Un abrazo!
http://asolasconcaronte.wordpress.com/2014/08/07/muy-agradecida-muy-estimada-y-tremendamente-afortunada/
Muchas gracias, Caronte Moratalla!
Ha sido un placer, muy bien merecida tu nominación.
Un abrazo 🙂
Ligeramente atolondrada y con el inquilino de la nostalgia tocando a la puerta, me llevo la melodía para reencontrar la respiración profunda
Saludines